Museos, bibliotecas y memoria urbana.

Organismos culturales que nos interpelan hoy

Preservar la memoria urbana a través de espacios dinámicos y participativos constituye una suerte de plataforma para mirar al futuro. Así lo entienden dos ámbitos emblemáticos de Rosario, Argentina, el Museo de la Ciudad Wladimir Mikielievich y la Biblioteca Popular Constancio C. Vigil, que forman parte de la red Fihrm Latinoamérica.
Quienes se especializan en analizar las experiencias urbanas señalan que las propuestas contemporáneas parten de la premisa de que la ciudad se presente, para sus habitantes, como posibilidad de expresión y movimiento, en el sentido de que permita acciones y también desplazamientos.
Esto entronca con los conceptos de participación e integración que están ligados a la capacidad de la ciudad --en tanto experiencia comunitaria-- de permitir el desarrollo de la democracia.
Se trata de preservar y recrear las condiciones urbanas mediante la recuperación de lugares y de experiencias. En el caso de los organismos que mencionamos, el Museo de la Ciudad impulsa esta idea desde su estratégico enclave en el Parque Independencia, el espacio público más amplio y concurrido de Rosario, y la Biblioteca Vigil lo hace desde su inserción en Tablada, el histórico y populoso barrio de zona Sur.
El museo como reservorio de historias
El Museo de la Ciudad, a través de sus muestras tanto permanentes como transitorias, da cuenta de los procesos políticos, culturales y socioeconómicos que atraviesan y otorgan identidad a la historia de Rosario, desde sus orígenes hasta la actualidad.
De ese modo, recupera la trayectoria de personas e instituciones que hicieron posible la consolidación urbana, atendiendo a la idiosincrasia local en diálogo con la región y el país.
Al mismo tiempo, propone a los ciudadanos y, en general, al público que asiste un modo activo de participación basado en la reflexión sobre hechos históricos y sobre producciones culturales y sus creadores, todo dentro de una concepción que respeta la polifonía de voces, perspectivas y puntos de vista.
Participación ciudadana en el museo
El equipo del Museo, con el asesoramiento de historiadores, encara actualmente iniciativas que apuntan a la representación y reconstrucción de acontecimientos en Rosario, que celebra 300 años desde su fundación.
La narrativa multisensorial reúne el mundo analógico con el digital a través de lenguajes diversos que permiten acceder a una selección de objetos de la colección patrimonial junto a imágenes en movimiento, sonorizaciones y dispositivos interactivos. En su conjunto, se propone un nuevo modo de acercamiento tanto a la historia íntima, privada y cotidiana, como a los grandes hitos públicos como la creación de la bandera nacional.
El recorrido por el pasado común y el reconocimiento de las marcas identitarias que se condesan en el presente apuntan a construir y consolidar una interpretación comprometida de la historia y del devenir.
La biblioteca como testimonio vivo
La Biblioteca Vigil se creó en 1959 y logró erigirse como uno de los proyectos pedagógicos de carácter popular más relevantes de Latinoamérica. Impulsó la educación y democratizó el acceso a la lectura mediante una colección de más de ochenta mil libros, la creación de una editorial, un teatro y un centro cultural y deportivo.
La iniciativa también incluyó escuelas de nivel Inicial, Primario y Secundario, así como la Universidad Popular. Además, contó con un Museo de Ciencias Naturales y un Observatorio Astronómico, junto a proyectos de marcado carácter social, como la Caja de ayuda mutua y un centro materno-infantil.
En la década del 70, durante la dictadura cívico-militar (1976 - 1983) y en el marco del terrorismo de Estado, la institución fue intervenida y sus bienes saqueados y expropiados.
Volver a abrir al público
Ya con el retorno democrático, y después de mucha lucha, se produjo la restitución del edificio y la devolución de los bienes que lograron sobrevivir a la destrucción. La Vigil inició su camino de reconstrucción, en tanto prosigue la lucha reivindicativa a través de un juicio federal que denuncia el “genocidio cultural”.
Reabrió al público en 2014 y al año siguiente el gobierno de la provincia de Santa Fe señalizó el espacio al colocar una placa en el frente del establecimiento que indica que es un Sitio de Memoria del Terrorismo de Estado.
¿Qué actividades promueve La Vigil hoy?
En la actualidad, desarrolla variadas acciones, siempre dentro del campo de la cultura popular. Desde la resurgida editorial se han retomado colecciones históricas a la vez que se impulsan nuevas series (poesía, narrativa, ensayo histórico y sociológico, literatura para las infancias, entre otros campos y géneros) y se promociona la lectura.
A la vez, ofrece una amplia variedad de cursos y talleres de diversas disciplinas y para participantes de distintas edades que tienen como objetivo crear espacios lúdicos.
Así, se busca consolidar un espacio de construcción artística individual y colectiva e incentivar los principios de solidaridad, cooperación y ayuda mutua en pos del bien común, todas tareas transversales que cohesionan el ámbito institucional, el barrial y también el social comunitario.
Fihrm potenciando instituciones
El Museo de la Ciudad y la Biblioteca Vigil, impulsan distintas iniciativas pero encuentran su punto en común el valor de la memoria práctica. Lo que ambos comparten, y que Fihrm respalda, es el compromiso con la preservación de la memoria urbana y la promoción de espacios participativos que fomenten la identidad, la reflexión y la integración de la ciudadanía.
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